PROYECTO PILOTO
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Las condiciones de desigualdad de género en mujeres en zonas marino costeras son particularmente pronunciadas debido a una combinación de factores socioeconómicos, culturales y ambientales. Estas áreas, a menudo dependientes de actividades como la pesca y el turismo, presentan dinámicas laborales que relegan a las mujeres a roles secundarios o mal remunerados. Además, la falta de acceso a recursos educativos y oportunidades económicas limita su capacidad de desarrollo personal y profesional. Los estereotipos sociales pueden perpetuar estereotipos de género, restringiendo la participación de las mujeres en la toma de decisiones comunitarias y en la gestión de recursos naturales. Esta situación se agrava con los impactos del cambio climático, que exacerban la vulnerabilidad de las comunidades costeras y, en particular, de las mujeres, quienes enfrentan mayores barreras para adaptarse y recuperarse de desastres ambientales. Sin dejar de lado la relación entre la dominación y explotación desacerbada de los territorios por el extractivismo, con los cuerpos femeninos por las cargas reproductivas y de cuidado dada por los roles de genero.
AFROALIANZAS
Para la realización del piloto de este proyecto. compartimos con tres grupos, conformados por dos asociaciones de mujeres y una institución académica, todos pertenecientes al departamento del Magdalena, Colombia, que realizaron el intercambio de cartas con un grupo de mujeres de Cuba
Tejiendo cultura Caribe
Desde el 2014, en el patio de la señora Doris Montalvo en el municipio de Ciénaga, iniciaron las actividades de Cultura Caribe, lideradas por Yubitza Rovira quien junto a su equipo de trabajo conformado por sus hermanas y amigas de infancia,han llevado este proyecto en el barrio Miramar el cual se encuentra cerca de las playas de Ciénaga-Magdalena, en específico, los lados del conocido camellón donde se ubica la estatua de Tomasita y la antigua tarima Digna Cabas, allí se festejan eventos de gran reconocimiento como el festival del caimán Cienaguero , entre otras actividades. Es un lugar destinado a la diversión, bailes y fiestas porque hay discotecas, ventas de comidas rápidas y estaderos, los vecinos de los alrededores están expuestos a los fuertes sonidos mayormente los fines de semanas.
De ese modo, cuando Yubi y Loi hablaban sobre la relación de los vecinos, hacían referencia a los recuerdos de la niñez, la unidad y el apoyo que siempre estaban dispuestos a ofrecerse mutuamente. Aunque, algo sucede cuando Yubitza se va para Barranquilla a estudiar y sus experiencias la instan a formarse como defensora de derechos humanos. Al regresar a su barrio con muchas expectativas de ejercer los conocimientos que había recibido en la academia y las fuertes ganas de transformar, se percata de lo que ocurría, una amiga de la infancia era víctima de violencia basada en género, los vecinos que antes eran unidos sentían miedo de actuar frente a estos hechos. Así que, decidió intervenir frente a lo que sucedía porque afectaba a personas que eran cercanas y se propuso estratégicamente reconstruir comunidad.
Es así como decide que era hora de actuar. Comenzó a organizar encuentros en el patio de su casa, invitando a especialistas en temas de violencia de género, asesoría jurídica, salud y psicología. Entre charlas académicas, arte y momentos de solidaridad, lograron reconstruir una comunidad empática, atenta y solidaria. Una comunidad que vuelve a cuidar la una de la otra (Y. Rovira, comunicación personal, 25 de noviembre de 2023).
Estos espacios reciben una buena acogida porque no solo tienen como tema la violencia hacia las mujeres sino las consecuencias a los hogares, los lazos comunitarios e impactos a niños(as), jóvenes y adolescentes. Estos primeros encuentros fueron llamados Jueves de Sororidad, pensado desde las dinámicas del Caribe colombiano con la idea de sentarse a compartir con las personas del barrio y conversar.  Una apuesta comunitaria para recuperar los escenarios y las juntanzas afectadas por la inseguridad, el conflicto armado y las diferentes problemáticas, definido por una de las fundadoras como “un parche bacano, realmente era un parche en que se iban generando cambios” (Loida, directora general de Tejiendo Cultura Caribe).
El colectivo defiende y lucha al servicio de otras mujeres. Los enfoques principales están alineados al trabajo con los aliados y la ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible): el género, identidad, arte, memoria y los derechos humanos de manera transversal. Entre las dinámicas desarrolladas se encuentran las charlas, los laboratorios audiovisuales, teatro, emprendimiento y lo artístico.  
No obstante, sus objetivos se enmarcaron en la perspectiva del feminismo, la identidad cultural, el uso del arte como forma de resistencia, la memoria presente en remorar el pasado y los derechos humanos, siendo pilar del actuar de la fundación. A través de actividades en alianza con otras organizaciones e instituciones provocaron impactos en la mitigación de agresiones en el territorio.  Un activismo formado en la reflexión de lo ocurrido en el Magdalena, entre la masacre de las bananeras y el conflicto armado, le apuestan a la rememoración de estos hechos para no olvidar sino mantenerlos presentes a través del proceso de reconstruir la memoria e identidad. Desde la reivindicación y las acciones organizativas persisten a través de actividades artísticas enfocadas en sanar, tejer y cuidar las distintas experiencias.
Fundación Empodera Tu Ser -Femtuser
Femtuser, se encuentra ubicado en la antigua sede de la junta de acción comunal, ubicada en la calle 22 # 12-75. Barrio Los Olivos y organizado por su fundadora, Wendy Cárdenas Alcocer. Surge como respuesta a sanar y disipar las agresiones ejercidas en contra de la humanidad de las mujeres y comprometerse en la formación de relaciones sanas. Algunos hombres desde la autoconciencia pidieron ayuda y reconocieron la necesidad de ser tratados en la organización. Por eso, deciden incluirlos en las apuestas organizativas, para abordar el problema de raíz, por su papel tradicional en la sociedad asociados a la fuerza y la imposibilidad de expresar sus emociones, considerados los principales victimarios de estos conflictos. Los casos más frecuentes en la fundación son violaciones sufridas mayormente por la población femenina entre 15-35 años. También, la violencia física, psicológica, emocional e intentos de suicidios por bullying. Por parte de los hombres, recurren a la organización por temas de gestión de sus emociones.  
Como resultado, esta organización es la única entidad del distrito de Santa Marta dedicada a respaldar el crecimiento y bienestar, se misiona más allá de simples apoyos, ya que se concentra en impulsar el desarrollo no solo de aspectos mentales y emocionales, sino también intelectuales y financieros. La labor primordial de la fundación radica en fomentar la construcción de autoconceptos sólidos que actúen como cimientos para que tracen su camino hacia un propósito de vida significativo. Este proceso se materializa a través de diversos medios, entre los que destacan valiosos espacios de escucha y charlas que propician el intercambio de experiencias y la construcción colectiva de conocimientos. 
Las dinámicas llevadas a cabo son: los conversatorios enfocados en la salud, las finanzas y la gestión emocional. El GAE (Grupo de Apoyo Emocional) pretende escuchar y comunicarse; los talleres van según los temas propuestos y se realizan las jornadas en barrio con las instituciones con las que tienen convenios. Las conferencias buscan promover herramientas de liderazgo y los proyectos ejecutados a nivel emocional y educativo. 
La historia de Femtuser está intrínsecamente ligada a un equipo multidisciplinario de profesionales dedicados. Desde psicólogas hasta defensoras comunitarias, cada miembro comparte una comprensión profunda de los desafíos que enfrentan las mujeres que han sufrido violencia. Este compromiso colectivo no solo ha fortalecido la capacidad de la fundación para abordar las problemáticas, sino que también ha cultivado un ambiente de trabajo que promueve la innovación y la empatía.